Cada vez es más usual que los niños y adolescentes tengan multitud de videojuegos, siendo estos muy variados, desde consolas para un jugador, multijugadores y las cada vez más usadas online, también podemos jugar por móvil, Tablet, etc, haciendo cada vez más sencillo engancharse a ellos. Esto ha llevado a que año tras año aumente el número de niños y adolescentes con problemas de adicción a los videojuegos, esto ha llevado a que recientemente la OMS ha incluido en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) este tipo de adicción.
Pero la pregunta que suele surgir entre los padres es,¿Realmente es tan dañino el uso de estas tecnologías en la vida del niño.
Para responder a esta pregunta comenzaremos explicando cómo afectan este tipo de juegos al cerebro de un niño o adolescente.
Los niños y adolescentes están inmersos en un proceso madurativo, lo cual nos indica que todavía no son plenamente conscientes de las implicaciones de sus acciones y no tienen el control que pueda tener un adulto sobre ellas. Los videojuegos están pensados y creados para ser capaces de mantenerte horas pegados a ellos, si ya a los adultos nos cuesta poder desengancharnos de algunos, imaginaros un adolescente o niño, el cual todavía está desarrollando su corteza prefrontal, que es por así decirlo “la que toma el control de la situación”. Se ha demostrado que los videojuegos activan una parte del cerebro llamado el sistema límbico, este sistema es el encargado de aportarnos dopamina, la cual nos genera una sensación de bienestar, y es el mismo sistema que se activa con el uso de drogas. Esta sensación de bienestar hace que cada vez se desee tener más. La diferencia estriba ahora en que si es un adulto el que está jugando , su corteza prefrontal tomaría las riendas y actuaría como el “cerebro lógico”, pensaría que ya ha jugado mucho y que tiene otras cosas que hacer, con lo cual la acción de jugar se cortaría; pero si el jugador es un niño o un adolescente su corteza prefrontal no está completamente desarrollada con lo que sería más complicado que parara a tiempo, jugando durante más horas .
Pero todo esto ¿Cómo afecta a un niño o un adolescente?
Pues según los estudios de los que disponemos, se ha podido observar que los niños y adolescentes que pasan muchas horas jugando tienen mayor impulsividad, les cuesta mantener la atención, tienen problemas para inhibir el comportamiento y son más propensos a conductas adictivas. Todo esto afecta a su vida diaria, no solo en su ámbito personal sino también en el escolar. Por ejemplo, un niño que pase demasiadas horas con videojuegos le puede ser más difícil controlar sus impulsos cuando está enfadado o en caso de los niños podrán ser más incontroladas sus rabietas.
Por otro lado, en el ámbito educativo se ha comprobado que un uso excesivo reduce las calificaciones, y los niños y adolescentes tienen más problemas para prestar atención. Los videojuegos activan nuestro cerebro, por así decirlo “lo ponen a mil”, si después de jugar unas horas queremos que el niño o adolescente se siente tranquilamente a leer o a estudiar, para su cerebro va a ser algo casi imposible, ya que en ese momento se encuentra hiperestimulado y no va a ser capaz de controlar la atención, que es fundamental para la lectura, la comprensión y el aprendizaje. Otros problemas asociados son: el sedentarismo, problemas de sueño, baja autoestima y aislamiento.
Entonces, ¿Que hago con las consolas y ordenadores de casa?
Como todo al final no es una cuestión rotunda de sí o no, sino de un gran depende. Depende de las horas que dedique el niño o adolescente a jugar, depende del tipo de videojuego que sea, si tiene conexión a internet o no, de las características personales del niño o adolescente, etc. No siempre el uso de los videojuegos es negativo, sobre todo se ha comprobado que depende en gran medida de las horas de juego y de la edad del jugador, siendo esta última las más importante variable a controlar. Aunque no hay unanimidad entre los profesionales de la salud respecto al número de horas adecuado, la Asociación Americana de Pediatría recomienda que entre los 3 a los 12 años no deberían de pasar más de 2 horas, siendo estas los fines de semana únicamente.
Así que os proponemos unas recomendaciones para un buen uso de los videojuegos:
- Usar en fin de semana un máximo de 2 horas al día
- No jugar antes de irse a dormir o cuando ya ha anochecido, ya que perjudica el ritmo circadiano
- No jugar antes de realizar las tareas educativas, es preferible dejarlo para cuando se hayan finalizado, de esta forma a su cerebro le resultará más fácil concentrarse
- En caso de juego online, comprobar con quienes tienen contacto. Ante todo son menores y pueden ser víctimas de engaños.
- Mejor juegos educativos y no violentos
- Reforzar otro tipo de entretenimientos
Bibliografía
Gentile, D. A., Li, D., Khoo, A., Prot, S., & Anderson, C. A. (2014). Mediators and Moderators of Long-term Effects of Violent Video Games on Aggressive Behavior. JAMA Pediatrics, 168(5), 450. doi:10.1001/jamapediatrics.2014.63
Gentile, D. (2009). Pathological Video-Game Use Among Youth Ages 8 to 18. Psychological Science, 20(5), 594–602. doi:10.1111/j.1467-9280.2009.02340.x
Buida, C., García, A., Alonso, A., Ortiz, P., Guerrero, M.,González, M. Hernández, M. (2017). Los videojuegos: una afición con implicaciones neuropsiquiátricas. Psicología Educativa 23 (2017) 129-136.
Asociación Americana de Pediatria (AAP)
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